Fieles a su cita anual en el hemisferio norte de nuestro maltrecho planeta, con la primavera aparecen en el mercado las brillantes y prietas vainas de guisantes -más o menos cilíndricas, puntiagudas en sus extremos y generalmente de entre 5 y
Aunque no se tiene certeza de su origen, sí sabemos que las plantas de guisante han sido cultivadas por nuestros antepasados desde el neolítico, ya que se han encontrado vestigios de sus semillas en diferentes excavaciones en
Legumbre muy nutritiva, aunque todavía hay quien considera que esta hortaliza –al igual que las distintas variedades de alubias verdes- entran dentro del grupo de las verduras, su consumo está recomendado para las personas anémicas y propensas a la hipertensión o sufren alteraciones nerviosas, depresión e irritabilidad y dolores reumáticos.
Así pues, no es de extrañar su temprana inclusión en la dieta infantil en purés y papillas, cuyas recetas -tanto caseras como industriales- derivan de los usos practicados por los austeros espartanos -que aprendieron a moler los granos secos como todavía hacen en
A pesar de que Apicio incluyera en su De re coquinaria el modo de cocerlos -con alcaravea, comino y cilantro, entre otros condimentos, para facilitar su digestión, motivo por el que en las cocinas árabes se cuecen con menta, en Francia con un cogollo de lechuga muy picado y en Alemania con azúcar-, precisamente por tratarse de un alimento de consumo habitual por el vulgo, no es fácil encontrar recetas de guisantes como ingrediente principal en los escritos que han llegado a nuestras manos de los cocineros de reyes y nobles europeos anteriores al siglo XVI, cuando por el capricho del Rey Sol se pusieron de moda en Francia.
Ya cocidos -envasados en lata o en cristal- o congelados -tras haber sido escaldados para destruir toda actividad bacteriana y enzimática, lo que facilita su digestibilidad-, durante todo el año disponemos de deliciosos y nutritivos guisantes, verde legumbre que goza de general aceptación, pero ahora es el momento de deleitarnos con estas verdes perlas frescas, durante su breve temporada primaveral.
Y una recomendación: no os privéis del placer de extraer los guisantes de sus vainas, sumergidas en un recipiente de agua fresca justo antes de, bien escurridos, cocerlos, ya que la piel de las manos os lo agradecerán.
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